martes, 12 de agosto de 2008

Un asunto de HERMANOS

Presa de una de esas decaídas ocasionales, mi única salida es escribir un poco, a ver si me calmo, a ver si dejo de llorar.
Odio hablar de esto, me cuesta, me inquieta. Me recuerda que todo lo tuyo fue quitado de mi vista, me recuerda que cuando digo " estamos todos! ", faltaás vos; me recuerda que las únicas fotos con todos que voy a ver van a ser las de mi infancia.
Hace unos días descubrí lo encerrada que vivía con respecto a esto y recordé todas esas cosas que fueron sacadas de mi alcance, tus cuadernos, tus ropas... me puse a buscar y encontré.
Las aventuras de Freddy, Los Pupitos, Telemaco.
Me siento un poco estúpida, porque no se qué pensar, cómo reaccionar, a quién acudir. Las personas de siempre de esto no entienden, los de antes quedaron meses atrás. Estoy sola y realmente no me quejo, prefiero estarlo, buscar mis propias soluciones, sacar mis propias conclusiones.
Seguramente podrías ayudarme, pero si estuvieras disponible para hacerlo todo esto sería en vano, claro está.
¿Por qué? ¿Estás bien? Qué preguntas estúpidas, vacías en realidad. Creo saber todas las respuestas y sin embargo no me completa, porque seguis faltando, te sigo necesitando y te sigo extrañando y siento que con cada cosa que me acuerdo gasto tu memoria y no quiero, no quiero olvidarme de nada, pero tampoco quiero acordarme, no preferiría olvidarte porque fuiste de las mejores cosas que tuve en mi vida (y vas a quedar en ella para siempre) pero odio la sensación de vacío cuando digo tu nombre, cuando lo pienso, cuando veo tus fotos, cuando te leo, cuando te recuerdo. Esa sensación desgarradora me desespera y me recuerda lo perdida que me siento sin vos, cuán sola me encuentro y cuán grande es el pedazo mio que dejé en San Nicolás.
Provocas con tu ausencia que me interese cierto tipo de literatura, ciertas religiones, que me interese aprender ciertas cosas. Impulsas mi interés por abrir mi mente, alguna salida TIENE que haber.
¿Esperar? no quiero, no aguanto. Nunca me imaginé necesitando un abrazo tuyo, necesitando una palabra, nunca me imaginé llorando por no recordar tu voz o implorandole a algo (o a la nada) que me deje escucharte y revivir los pocos momentos de los que tengo memoria. Nunca creí pedir por favor al tiempo que me deje volver a nuestras peleas, que me de un minuto con vos, que me deje volver a los griterios que te armaba para poder pedirte perdón personalmente.
Encontré un escrito, excelente por cierto, pero me resulta imposible de llevar a cabo lo que pedís en él. Pidiendo que no extrañemos. Siempre modesto, siempre sencillo, excelente oyente, excelente amigo, excelente hermano. El hermano que toda persona desearía por tener. Perdón, perdón por mis malos actos, nunca pensé que llegaría un día en el que no te tuviera más. Nunca pensé que vos, quién siempre estaba conmigo y me defendías incluso cuando no me lo merecía, podrías irte.
Siempre voy a tener presente algunos fragmentos de esa charla que me enseñó a decir lo que pienso y a hacerme valer, uno de mis principios me lo diste vos diciendome que odiabas que ella te compare con otras personas, que vos eras simplemente vos y cuánta razón tenías. Eras vos, mejor que todos, inigualable.
Qué razón llevabas encima, siempre eras vos, solo eso. Siempre eras el auténtico, el artista, el buena onda, el inteligente. Siempre con tu luz y qué poco la aprecié cuando pude, cómo me jodí. Ahora me quedan meros recuerdos, menos míos que ajenos. Perturbador, qué impotencia, qué desconsuelo.
En vano te escribo, nunca voy a saber si lo leíste, la certeza de algo no existe. Solo fé supongo. Me cansé de aferrame a ella, pero es lo que me ata a vos. Quiero creer que voy a poder abrazarte algún día y reivindicarme; quiero pensar que me perdonás por todo lo malo, que me ves, que me entendés, que me lees y me escuchás. Quiero pensar que si haces todo eso, me guiás, me perdonás, me cuidás. Quiero pensarte, en definitiva es lo único que puedo hacer con vos.
Buscar un final para esto es complicado, me falta tanto por expresar. El anhelo de compartir mi vida con vos, de mostrarte mis cosas, de contarte mis pesares, de compartir los tuyos es inexplicable. Pensar en terminar esto a modo de terminar un ciclo es imposible. Realmente esto no se va a acabar nunca, esto es solo el comienzo, recién estoy recapacitando y recién estoy aguantando.
Como dije, solo fé supongo, solo religión, dudas, llantos. Pero a pesar de eso, no preguntes por qué ni preguntes cómo pero Sé que estás, que te tengo, que te veo, te siento, te recuerdo, siempre.-

No hay comentarios: