martes, 30 de junio de 2009

tarde del martes

(Hoja del cuaderno escolar digitalizada)

Estoy sentada en un lugar geográfico que me hace sentir impotente. Los días están minados de momentos como estos, en los que nos sentimos fuera del alcance de las situaciones, no podemos atraparlas, pero tampoco ellas a nosotros.
Intento meterme en un concurso para el que prbablemente no este preparada y, sin embargo, estoy inmutable, me siento asíl. Soy yo quien elijo, soy yo quien exijo. Ya veré hasta dónde puedo llegar, por lo pronto voy a juntar voluntad y hacer lo mejor.
Además de estar escribiendo esto, estoy en el colegio, en medio de una clase de filosofía. La profesora me cae muy bien, es una mina copada, joven, pocos años mayor que yo. Estudia en la UBA y, a mi criterio es una de esas personas que la tienen muy clara y que pueden salir aireosas de cualquier situación (esa cualidad es una consecuencia de lo que yo considero "mente abierta"). Tenemos una forma de pensar muy similar y sé que da para más. Yo por lo pronto sé que en enero ya voy a estar a la deriva, mi propia deriva, no me gustaría que ella se vea expulsada del selecto grupo que toma las riendas. Me gustaría verla de vuelta en unos años.

Estoy sentada sola, mi amiga está compartiendo experiencias de su viaje con el director y el exclusivo grupo de idiotas que tuvo por compañeros de viaje. El resto del cuarto e (sí, somos adolescentes, hay cierta necesidad de identificarnos con algun apodo, etc) está parloteando en el banco de atrás. Son ralmente insoportables cuando se ponen a charlar así, porque no tengo ganas de enterarme lo que pasa en la quinta temporada de Lost y, una vez en la vida, quiero escuchar la clase. Pero bueno, son mis amigas y las quiero, como dice mamá: "uno si va a querer, tiene que querer con mierda y todo". Ojo, igual me causa gracia lo que charlan, pero sepan muchachas que a veces son realmente inaguantables, jajaaj CALLENSE!!! :)

Me siento en el rincón derecho, adelante... lo más cercano a mi pupitre es el lateral derecho del pizarrón, es un lugar del que a veces me quejo pero por el cual estoy agradeciendo en este momento. (Así son las cosas) Acá estoy aislada, no escucho los chistes y no participo de la mayoría de los tópicos discutidos por la mayoría. Alejarme me cortó la lengua, pero no me afecta, porque estoy dando rienda suelta a la observación. A menos que alguno me hable no suelo emitir opinión (esa racha se cortó un poco esta semana, casi que hablo de lleno), pero no me quejo. Uno debe aprender a diferenciar a los que están preparados para escuchar otro pensamiento de los que no, así que prefiero callar.

"Todo en la vida es una interpretación", porque es verdad, las personas vivimos interpretando a gusto y piacere, a conveniencia. Podemos tener interpretaciones múltiples sobre un mismo aspecto. Mi máscara, (ya que todos tenemos una, así que no veo lo terrible en darle el visto bueno a la mía) se está cansando. A veces la tiño con los colores que me convengan para poder seguir entendiendo que todo está en mí. Y sí, uno debe aceptar personalidades diferentes, roles diferentes, porque de eso se trata este juego. Todo está en mí, en cómo yo utilizo esas máscaras y cómo esos usos me ayudan a seguir adelante, porque yo soy autónoma. Lamento saber que soy yo la que tengo que decidirme a encontrar fuerzas para seguir, para avanzar. Lo lamento porque significa que yo tengo las fuerzas y que de mí dependo. Me siento a al deriva sabiendo que soy la única dueña de mi destino, y que mi futuro está en cómo me adapte a nuevos desafíos.
El hoombre es egoísta por naturaleza (gracias L) y eso es cierto, no soy quién para negarlo, pero eso no hace más que comprobar que sólo en mí está mi porvenir. Está en mí no desaprovechar las chances y sacar la mayor cantidad de beneficios, pero está en mí esa ingenuidad que se olvida del modo de actuar ajeno y cae uan y otra vez. Nadie se fija en el otro, a menos que obtenga algún beneficio. Me parece que voy a tener que avivarme, pero no me sale, no me salió y es muy dificil que me salga. Igual, voy a intentar dejar de lado mi ingenuidad, la inocencia sienta mejor, porque es la ingenuidad moderna; la inocencia de este siglo es "fuí yo pero no sabía y él me dijo que lo haga", la ingenuidad suele inmovilizar y me cansé de estar quieta.

No hay comentarios: