DOSCIENTAS

Festejamos las doscientas entradas, YEY.

Hoy me puse a hablar con un amigo, graan amigo, que conocí hace año y medio y que ví contadas veces (a pesar de vivir relativamente cerca) pero con el que hablo a diario salvo en algunos períodos misteriosos.
Él tiene un blog también y siempre nos esforzamos para lograr la expresión total; sin embargo, notamos que tenemos la peor suerte de la historia, porque a pesar de ponerle todas las ganas, no logramos la impronta deseada. Pero de eso se desvió en qué clase de marca quiere dejar uno.
Teníamos un blog junto a otros,, hablabamos de cosas serias y hoy me impresionó leerlo después de tanto tiempo, me sorprendieron las ideas que tirabamos (no solo él y yo, eramos bastantes). ¿Dónde quedó todo eso?
Recorro blogs a diario y noté una obviedad, si el blog no tiene un tema definido no es leído, y si el tema no se relaciona con moda o farándula, tampoco.
Sólo hay un blog que hace de diario como los nuestros que es leído. Es genial, lo acepto. Años de experiencia, pero sorprende.
Sí, hoy todo me sorprende.

Rompí el hielo, después de una semana de bajón total remonté para no bajar.
Mañana me encuentro con una persona muy querida por mí, a pesar del fingido odio demostrado tiempos pasados. Hay gente que no aprende más y nos delega la tarea de aprender a nosotros, si, aprender a quererlos. Por suerte estoy moderando mi intolerancia, no sirve de nada ser tan tajante, no sirve de nada tener tantos modelos, nadie los cumple y termina uno sintiéndose idiota con fundamentos tácitos y sin columnas para el común de la gente; por eso estoy aprendiendo a bancarte, a entenderte, estoy conociendo el límite del respeto y la condescendencia..
El lunes fue el día del amigo... qué bueno que ya estoy más grande y no gasto en pelotudeces jajaja, igual estuvo bueno... siempre es lo mismo, pero en el momento zafa. Merienda con las chicas (bah, ni siquiera, pero como almuerzo no fue...) y trasnoche con los muchachos.
El martes fue un día asquerosamente vil. No dejé que la vagancia de ese día inunde el resto por suerte; ayer miércoles almorcé con Alá y cené con la muchachada vecina. Por suerte ví a otra persona muy querida y aunque se me torcieron las ideas en toda dirección posible, estoy entera.
Hoy batí records, jaja salí de mi casa de vuelta, merezco aplausos. Dormí como una morsa (con ese, aprendí!) y cuando me levanté estaba mi hermano cuervo charlando con mamá. Esas son las cosas que me alegran, como todo lo que me recuerda a los viejos buenos tiempos, como diría la canción del grupo con más gas de la historia. No almorcé, tuvimos que salir rápido para llegar al médico de mamá. Al pedo, no pudieron sacarle los puntos, pero sirvió el viaje, hacía mucho que no pisaba un supermercado (hacía mucho que no pisaba la calle) y me dejé llevar por las tentaciones (los mini Jorgito rellenos de dulce de leche son lo mejor, lo dije y lo sostengo robando un slogan). La sesión de hoy fue re productiva, no usé los pañuelitos y me propuse no volver a hacerlo, me levantó el ánimo la terapia de hoy... me caí, dolió pero tiene razón, así que acá estoy, intentando cambiarme. Más tarde, porque por suerte mi día no terminó ahí, mi vieja y mi hermano fueron a otro supermercado a pagar mi viaje de egresados y tardaron mil años en buscarme, supongo que era mejor volverme por mis propios medios pero no puedo pedirles que vivan con cronómetros. En fin, mi día activo terminó con un Milkshake en Escobar, en buena compañía.

En fin, necesitaba dejar en claro que esta semana es diferente, estoy diferente y me siento diferente. Y me gusta, tal vez la adolescencia sea menos terrible cuando hay buena actitud, pero no quiero que me digan "te lo dije".