sábado, 24 de octubre de 2009

Pasé la hora que demoramos en el viaje desde lo de mi hermano hasta mi casa pensando cómo hacer para incluir en un texto que uno de mis hermanos maneja al estilo interior, mirando para atrás y para adelante (espejos) y que otro maneja al estilo porteño, cuidando su delantera y confiando en que el de atrás hará lo mismo, poniendo más en ruta sus reflejos. Pero definitivamente mi imaginación no tuvo ganas de volar así que voilá, como si nada, sin anestecia, comento que descubrí esa diferencia en el manejo de ambos.

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